Todos los métodos que vamos a comentar se basan en la infusión, esto es, en
el contacto del agua hirviendo con los granos de café más o menos finamente
molidos, durante un tiempo variable, y en diferentes condiciones de presión.
Básicamente existen los siguientes :
Cafeteras filtro
El café, tostado claro y molido grueso, se pone en contacto con un
filtro/contenedor, de papel especial, a razón de 8-10 gramos por taza. El
agua está inicialmente a 100° y el tiempo de contacto es el tiempo de
percolación, el cual depende de la cantidad de café (4-8 minutos). Es
-quizá- el más difundido de los sistemas modernos de elaboración doméstica.
Cafeteras por infusión
El café a utilizar ha de estar tostado de medio a oscuro, y molido medio.
Se utilizan unos 6-7 gramos por taza y se rellena el filtro (en forma de
cono invertido, generalmente metálico) al ras. Se enrosca a presión la parte
de abajo del aparato (la que contiene el agua), y se pone el aparato al
fuego. La dilatación del agua (y del aire) hará pasar a aquella a través del
café (a presión algo superior a 1 atmósfera) y lo empujará al recipiente
sito en la mitad superior. El tiempo de contacto oscila entre 1 y 2 minutos.
Se obtiene un café discretamente consistente, pero aromático.
Cafetera express
Es el preferido en los países mediterráneos : da lugar a una infusión llena
de sabor, muy aromótica y de cuerpo aterciopelado. El molido -fino- ha de
estar entre el polvo impalpable y los gránulos de 1 mm. de diámetro. La
dosificación es de unos 6-7 gramos por taza. La temperatura del agua es de
90 grados, pero la presión es de 9 atmósferas. El tiempo de extracción
oscila entre los 25 y los 30 segundos. Da lugar a una crema de unos 3-4
milímetros de espesor, de larga duración y de color avellana rojizo. Su
máxima expresión se obtiene utilizando únicamente cafés "Arabica", y la
persistencia de sabor en el paladar es prolongada.
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